lunes, 11 de septiembre de 2017

PERIODO DE ADAPTACIÓN

PERIODO DE ADAPTACIÓN


Se han terminado las Vacaciones y llega el momento de comenzar la escuela. Y algunos de nuestros nuevos alumnos van a necesitar un periodo de adaptación. 


No todos nos afrontamos de la misma manera, posiblemente algunos afrontan el reto con agresividad, otros con tristeza, otros comiendo mal… Las reacciones son diversas. 

Como adultos debemos entenderlos, nosotros los padres y educadores no podemos ignorar estas situaciones pensando que ya se les pasa


Pasemos a entenderlos y comprenderlos. Conozcamos cuales son los dos mecanismos que se ponen en marcha durante la adaptación. A lo largo de la vida,las personas debemos enfrentarnos a nuevas situaciones continuamente. Esto mismo ocurre en el caso de los niños pequeños. La diferencia está en que los pequeños no saben que es lo que está ocurriendo y reaccionan con conductas tales como llanto, sujetarse fuertemente a la pierna de su padre o esconderse tras la madre buscando seguridad ante lo desconocido; mientras que los adultos sabemos que es una situación normal, y lo que está causando la ansiedad es la novedad de esta. Esto lo aprenderán los niños según vayan evolucionando y habituándose a que la vida se desarrolla en numerosos ambientes.


Las reacciones normales ante una adaptación son: 


Desde el punto de vista somático pueden tener alteraciones de sueño, de alimentación, vómitos… 


Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, o pueden tener comportamientos agresivos. 


Desde el punto de vista afectivo y social pueden llorar, participar en el Centro de forma resignada porque la actividad es novedosa para él; negarse a ser atendidos por extraños; aislarse y no relacionarse; aferrarse a objetos que traigan de casa; apegarse más a los padres; … 


Debemos saber que estas son manifestaciones normales de este periodo y que si lo entendemos de una forma natural estaremos ayudando al niño en la resolución de este proceso que es el periodo de adaptación. Para ello debemos comprender que cada niño tiene un ritmo de adaptación que hay que respetar.


Cuando hablamos de la separación mutua de niño-familia, entendemos que no sólo se adapta el niño, sino que también los padres van a tener que adaptarse.


Los padres tendréis una gran influencia en vuestro hijo. Todas vuestras manifestaciones (inseguridad, culpabilidad por la separación, temor ante el cuidado que vaya a recibir el niño, …) pueden trasmitir inseguridad en el niño. 


En esta etapa fomentaremos la participación del niño motivando a través del juego, nunca forzando y obligando.


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